sábado, 22 de agosto de 2009

Estampas montevideanas

(con saqueo y todo, a pesar de todo)

De la posta porteñ@





Noche montevideana, ciudad de pases distintos, aspecto de comarca en la que coexisten múltiples y disimiles clases sociales aunque en realidad haya solo dos.
Da viernes, dia de paro casi total del transporte colectivo de pasajeros por medida gremial fuerte como respuesta a un chofer-guarda baleado en el cuello para sacarle menos de 4 dólares (cosa inedita: la medida también fue cumplida por patrones que trabajan directamente sus propias unidades; salieron en caravana de buses a la calle, manifestando junto a los asalariados sindicalizados, luego de un fuerte altercado entre patrones activos y patrones pasivos de nivel gerencial, filmado por la tele, mientras el ministro del interior trataba de restarle magnitud a la violencia citadina).
Para el lado de Pocitos, Carrasco, Punta Gorda el primer mundo del Uruguay con blindaje anti-crisis-- el paro no existe. La diversión de la juventud burguesa y burguesita, no exige pagar boleto. Están las gomas de papi, los boliches en onda no cierran porque no haya bondis, todo sigue desarrollándose con la normalidad habitual. El guachaje pituco caga guita hasta por los codos y mamá y papá se fuman tranquilos sus buenos porritos desestresantes y sus licores importados, escuchando buena música, con buenos amigos y buena onda de gente bian.
En el Centro de la capital, sobre todo, muchos laburantes se quedaron de a pie, porque sus empleadores ni se calentaron en resolver el tema del traslado a los suburbios-dormitorios después de la jornada laboral.
En las paradas se agolpa mucha gente ilusionada con que antes de medianoche aparezca algún servicio de emergencia (o sea, carneros); con suerte, se treparan al camioncito o camioneta que por unos mangos mas de lo que cuesta el boleto, que hace unos dias aumentó de $ 15 a $ 16, los lleve al hogar si antes algún botija no los detiene para meter el caño y llevarse las chirolas recaudadas por el improvisado transportista rompehuelga.
Algunas de las actividades militantes se mantienen pese al paro. Mesas redondas, debates, campaña electoral, etc., se realizan a pesar de que los concurrentes son menos aun de los (poquísimos) que aparecen habiendo transporte colectivo y vida normal. Aquí también todo transcurre como casi siempre, y no hay drama, se vuelve después de medianoche, con el paro levantado, o te quedas en la casa céntrica de algún compa.
Simultáneamente, en las proximidades de la Villa del Cerro, a menos de 10 kilómetros de la urbe central, ocurre algo que no ocurre todos los viernes, pero que puede ocurrir todos los dias.
No se sabe bien a que hora exactamente ni como ocurrió, pero nos enteramos por un fugaz pantallazo de la tele dentro del panorama policial: dos o tres camiones que iban cargados hasta el tope de maíz traído de no sabemos donde, son detenidos por una multitud de mujeres, hombres y niñas y niños, que, pala, balde, palangana, lo que venga, en mano, cargan hacia sus ranchos o donde puedan fondearlo, prácticamente todo el maíz metido en uno de los camiones, por lo menos. Vuelcan la carga primero al piso y después, al saqueo liso y llano.
La cámara entrevista a uno de los choferes, que, resignado, declara que, sencillamente, el y sus colegas se perdieron tratando de seguir el camino hacia afuera, y que, cuando trataron de conseguir el auxilio de algunos vecinos, estos les indicaron un sendero que se fue angostando tanto, que no pudieron seguir adelante.

-- Ah vino toda esta gente y paso lo que ustedes están viendo Como en la Argentina, igual.
La pantalla lo muestra, furtiva y policialmente, pero lo muestra: meta pala, balde o palangana, algunas hormiguitas del oeste montevideano, cargan afanosamente lo que dios puso a su alcance, y en lo que resta del invierno, crudo y feo invierno rioplatense, tendrán con que parar la olla, aunque terminen empachados de tanto maíz, o podrán realizar alguna inesperada transacción comercial, trocando el preciado botín por algún otro alimento o lo que venga para sobrevivir en el pais de las acaloradas contiendas verbales pre-electorales entre quienes llevan adelante el devastador neoliberalismo tercermundista; unos, sin disimularlo; otros, queriendo disimular.
Al otro dia (hoy), el asalto a los camiones de maíz, no existe. El canal o la emisora que lo mencione, solamente dirá que siguen las investigaciones para saberse si es cierto que algunos de los acopiadores suburbanos de maíz, iban armados de fierros o armas blancas.
En Internet tampoco vas a encontrar mucha cosa; pasa lo mismo que con el golpe en Honduras, el genocidio en Perú o Irak, las bases yanquis en Colombia o las masacres de Israel con los palestinos. El silencio, la desinformación, el ocultamiento imperialista del destrozo imperialista.
La normalidad capitalista sigue su curso irreversible; nadie podrá contagiarse de los muertos de hambre del oeste montevideano. Nadie se atrever a seguir su ejemplo. Es mas probable calculan los empresarios, los ministros y hasta los militantes de intención revolucionaria y los que perdieron hasta la intención- que aparezca otro guarda de bondi asesinado por nada, en un rato nomas, que de nuevo se produzca lo que anoche se produjo espontáneamente entre el lumpenaje orillero nacido del proletariado sin laburo del país de la cola de paja, del ex país civilista y tolerante en el que a nadie se le ocurra expropiar maíz o lo que fuera (antes de robar, ms vale pedir ayuda, decían los mas viejos que seguían creyendo que las revoluciones se frenaban con asistencialismo papal o imperial).
Unos pocos y otros, nada Y eso no es casualidad, va cantando el parlante de la 4x4 que aquí, en el oeste, desde muy temprano, nos llama a probar de nuevo con la fuerza política, llamándonos a plegarnos al paro del 27 contra la miseria de los 90, dos dias después de la noche de la nostalgia que es también la noche en la que, 15 años atrás, velábamos a Fernando y Roberto, ejecutados por los fascistas Lacalle y Gianola, mientras la 44 gritaba:
Asesinos, hijos de mil putas!.
Una vecina se tapa los oídos, le dispara al parlante para no quedar sorda, y le grita a otra doña que ni conoce: Que se metan las elecciones en el culo, manga de chorros.-

Gabriel


Montevideo a pata




1 comentario:

  1. Asalto en las ferias barriales: hoy sàbado vi el kilo de chauchas a $140 pesos.- Cuando era chica , la ensalada de chaucha, papa y huevo era una comida comùn...los zapallitos estaban a 60 pesos,màs de la mitad de las frutas y verduras que se ofrecìan son de procedencia brasilera....¿dònde vivimos?

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