lunes, 28 de enero de 2013

Enfrentados por los "logros"

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Sábado, 19 de enero del 2013

Crisis en el Ministerio de Economía 
  La lucha de poder que se viene dando en el Ministerio dirigido por Lorenzo, está llegando a un punto que según fuentes de gobierno, tendrá que tener una definición a corto plazo.


Los equipos económico paralelos integrados por el Director de la OPP Gabriel Frugoni y el asesor presidencial Pedro Buonomo contra las autoridades del Ministerio, ya es pública.

Gabriel Frugoni
El director general de Secretaría del MEF, Pedro Apezteguía no aguanto más y escribió en el Semanario Brecha:

“La III Internacional se creó, a instancias de Lenin, a fin de desembarazarse de quienes identificó como `renegados` y `oportunistas`”, señala. “Llamando `renegados`, `oportunistas` o `infantiles` a quienes osaron discrepar, se justificó la división de los movimientos obreros y de los partidos socialistas en todo el mundo”,

“Luego de más de 40 años de militancia, creí que esos ataques objetivos a la unidad, esos métodos de discusión que Lenin supo utilizar para destruir todo aquello que se puso en su camino de construcción de la república de los soviets, estaban superados. Pero no”, señala. Luego propone elaborar lo que denomina “la receta del verano”, en alusión al MPP y los asesores de Mujica. “Divida la izquierda entre progresistas y revolucionarios. Autodefínase como revolucionario.

Pedro Buonomo
Filtre a la prensa que los revolucionarios quieren distribuir la riqueza. Sostenga que la riqueza se distribuye cobrando impuestos a las empresas grandes, que son propiedad de los más ricos. Difunda que hoy se cobra 25% de impuesto a la renta empresarial, a las empresas grandes y las chicas. Explique que los revolucionarios proponen que el impuesto a las empresas grandes suba al 30%. Hable con crudeza y declare `renegados tramposos que le hacen el juego a la derecha` a todos aquellos a quienes no les guste el plato, o su forma de preparación”.

Apezteguía afirma que tal receta “indigesta” y que “no todos los compañeros están dispuestos a que se llame tramposos a quienes no les gusta la receta, el método de cocción o el menú fijo”. “No todos los compañeros están dispuestos a que se les diga: `Si no estás conmigo, que soy revolucionario, entonces sos renegado u oportunista, te comés los versos de la derecha, estás contra el presidente y el programa del Frente Amplio`. Si los definidos como progresistas fueran oportunistas, propondrían un 35% de impuesto a la renta, que, como cualquiera sabe, es más de izquierda que un 30%”, ironiza.


Llegó la revolución de Mujica


Un grupo económico en las sombras de Mujica
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 Mientras: los logros de Lorenzo
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"Los viejos versos de la derecha, ahora repetidos por algunos de Izquierda"



ENTREVISTA CON EL MINISTRO DE ECONOMÍA Y FINANZAS 
“Nadie en el FA tiene derecho a decir cuál de nosotros es de izquierda y cuál no”
 "Ninguno de nosotros tenemos derecho a definir cuál de nuestros compañeros es de izquierda y cuál no. No es bueno que instalemos entre nosotros un sistema de debate basado en calificativos, cuando lo que debemos hacer es discutir con respeto acerca de las mejores ideas para nuestra gente", expresó el ministro Fernando Lorenzo en diálogo con LA REPÚBLICA.


¿Qué opina de las insistentes versiones sobre inminentes cambios tributarios?
Están en todo su derecho los compañeros que plantean ideas relativas a introducir nuevas mejoras en el sistema tributario, por más imprecisas que estas sean. Pero no me parece apropiado ni justo desconocer el camino recorrido. No me parece justo que, después de haber realizado una reforma tributaria de la magnitud de la realizada, en la que, por cierto, la justicia distributiva fue uno de los fundamentos del rediseño del sistema, se sostenga que, si un compañero tiene dudas u objeciones acerca de la pertinencia o la oportunidad de una determinada iniciativa, merezca calificativos que ponen en cuestión su pertenencia a la izquierda. Además, si por proponer 5 puntos porcentuales de aumento de impuestos se es más de izquierda, entonces quien propone aumentar 8 puntos es aún más de izquierda y así sucesivamente. Ninguno de nosotros –en el Frente Amplio– tenemos derecho a definir cuál de nuestros compañeros es de izquierda y cuál no. No es bueno que instalemos entre nosotros un sistema de debate basado en calificativos, cuando lo que debemos hacer es discutir con respeto acerca de las mejores ideas para nuestra gente.
No hay mayor soberbia que aquella que apela a la adjetivación como argumento. Mis compañeros saben que siempre encontrarán en mí apertura para discutir sobre todo lo que haya que discutir. También saben que encontrarán rigor para defender las cosas en las que creo.

En concreto, ¿qué opinión le merecen los cambios impositivos que se han manejado?
Hasta ahora se ha hablado de ellos en términos muy generales, por lo que prefiero no adelantar opinión y esperar que se presenten propuestas concretas. No hay ninguna iniciativa articulada. Cuando exista, la analizaremos. Nosotros trabajamos en forma constante, siguiendo la evolución de todas las variables relevantes de la economía, inclusive por supuesto los aspectos impositivos. Estamos continuamente trabajando en el perfeccionamiento de los instrumentos y en la introducción de cambios y ajustes. Hoy tenemos como prioridad la rebaja del IVA, que tiene un impacto general, y seguir mejorando el IRPF. De todas maneras hay un concepto que quiero reafirmar con claridad. Lo que no podemos hacer es dar la impresión de que se cambian las reglas de juego de manera permanente, sobre todo cuando el marco actual ha demostrado ser adecuado. Hoy tenemos un muy buen esquema de reglas de juego para la inversión y hemos gestado un ambiente propicio para que ellas sigan ocurriendo. Construimos laboriosamente las políticas que hoy fomentan la inversión. La previsibilidad es un factor clave para las inversiones, porque estas son decisiones que se toman mirando al futuro y que demoran en gestarse. Cuando una inversión programada se detiene, o cuando se enlentecen los programas de ejecución de los proyectos en curso, se resiente rápidamente el mundo del trabajo.

Pero, ¿usted confirma ese debate sobre los temas impositivos dentro del gobierno, de acuerdo a lo que trascendió en la prensa?
En mis ocho años en el gobierno no utilicé y no voy a utilizar los trascendidos de prensa. Estoy convencido que la mejor actitud que puedo mantener como ministro de Economía y Finanzas es trabajar con seriedad en la elaboración de propuestas y solo después de que el trabajo se encuentre suficientemente avanzado, proceder al debate público de las iniciativas. No forma parte de mi comportamiento el discutir públicamente las iniciativas en las que me encuentro trabajando o en las que se encuentran trabajando otros compañeros. Cuando hay una iniciativa política para analizar, considero que debe hacerse primero dentro de los ámbitos institucionales del gobierno. A la opinión pública debe informarse desde las instituciones. Por respeto al gobierno y a los compañeros que ponen lo mejor de sí en bien del país.

Se dijo que los cambios tributarios propuestos no provocarán ningún terremoto, como tampoco lo provocó el ICIR.
¡Es que nosotros no vaticinamos ningún terremoto! Al contrario, dijimos que en lugar de analizar ajustes de ese tipo, que desde el punto de vista económico y fiscal tendrían el impacto que todos sabemos que tiene – este impuesto recauda algo más de 40 millones por año -, había que moverse dentro de los pilares de la reforma y trabajar sobre la renta de la tierra. Ahora el ICIR está vigente, lo defendimos y lo apoyamos con nuestros votos y con nuestro esfuerzo. Basta ir a las versiones taquigráficas del Parlamento para ver quién defendió el impuesto cuando la oposición lo criticaba. Los compañeros parlamentarios lo saben muy bien, y los opositores también, por cierto. Nadie puede hacerse el distraído. Lo que sí generó un cambio profundo, estructural y que la derecha vaticinó como un terremoto, fue la reforma tributaria en su conjunto. Y en cierto sentido tenían razón, fue el cambio fiscal más grande y de fondo en muchas décadas, con un muy fuerte impacto. Hicimos los cambios. Hoy están consolidados. Ganamos la batalla de la justicia y la racionalidad tributaria y con ello ganó el país todo. Los resultados están a la vista. Insisto, desconocer las luchas políticas que protagonizamos y los resultados económicos obtenidos, me parece un importante error político.
No me canso de destacar que la reforma tributaria fue uno de los acontecimientos más relevantes para explicar la expansión impresionante en las inversiones. Al igual que un terremoto, movimos los cimientos en los que se apoya todo lo que acontece en la superficie de la economía. ¡Vaya si movimos las raíces de los árboles!, como dijo Tabaré en su momento. Cuando la derecha vaticinó un tsunami, ocurrió todo lo contrario. Asistimos a un “tsunami positivo”.

¿Y cuál fue el eje de eso que califica como “tsunami positivo”?
Básicamente darle prioridad al impacto social de las políticas económicas. Esa ha sido la orientación prioritaria de los dos gobiernos de izquierda. Los datos de la realidad demuestran de manera muy clara que este es el rumbo correcto en el Uruguay de hoy. Veníamos de tan abajo, de tan hondo, que los efectos de algunos de los cambios que se están procesando todavía no han terminado de procesarse. Las inversiones en educación, en salud, en vivienda, maduran lentamente, aunque ya empezaron a mostrar resultados positivos. El fortalecimiento de la seguridad pública y las inversiones en infraestructuras están hoy en pleno desarrollo. Lo que está claro es que con maestros, profesores, médicos de Salud Pública, policías, ganando 4 mil pesos por mes y con jubilados en la miseria, no hay ninguna posibilidad de crecimiento del país ni ningún avance posible en materia de justicia social. Avanzar hacia el desarrollo es ampliar la producción de bienes públicos y mejorar la eficiencia con la que ellos se producen. El ajuste y el achique no pueden generar desarrollo económico y social.

¿Considera que la tarea fundamental del gobierno es mantener hasta el final del mandato las cosas como están y defender este rumbo?
Voy a partir de un concepto básico, aunque confieso que a veces, ante algunas declaraciones y actitudes, me cuesta: todos los compañeros hacen propuestas con las mejores intenciones. No quiero parecer ingenuo, pero como frenteamplista tengo que partir de esta premisa. Lo que aprendimos gobernando es que el rumbo lo marca el gobierno, pero la realidad se construye con el aporte de todos los actores sociales que están involucrados, los trabajadores, los empresarios, los educadores, los intelectuales. Cada uno de nosotros tenemos nuestro papel a jugar y la oportunidad de colaborar en la construcción nacional. La idea de que el Estado, y por tanto el gobierno, es omnipotente, es un profundo error. ¡Y vaya si, en la izquierda, sabemos cuán equivocada es para el avance de las fuerzas del cambio! Nosotros no estamos dispuestos a jugar con lo que hemos acumulado en los dos gobiernos de izquierda, que es un capital de todos y no de un sector del Frente Amplio. Pero hay algo claro: si nos equivocamos en las políticas económicas y sociales, se equivoca y sufren todo el país y todo el gobierno.

“No podemos permitirnos la demagogia”
“Nosotros nos encontramos en una situación particular. Nuestras declaraciones, nuestras acciones, impactan directamente sobre la marcha del país, sobre las expectativas, sobre la confianza, sobre las decisiones económicas que determinan en buena medida el curso de los acontecimientos. Por eso no podemos andar adelantando posiciones sobre cambios en instrumentos tributarios o haciendo propuestas simpáticas sin estudios adecuados, sin seriedad. No podemos permitirnos una pizca de demagogia. No lo vamos a hacer, que quede bien claro. Aunque ello implique aparecer a la defensiva, o aunque algunos se aprovechen de esa circunstancia. Reconozco que esta actitud no suena igual que proponer o filtrar cambios en algunos impuestos. La verdad es que, si se revierten las tendencias económicas actuales, si baja la ocupación porque se reduce el ritmo de las inversiones, se ponen en peligro las conquistas históricas de la izquierda, no de la derecha.
A veces me pregunto qué pasaría si nosotros también nos sumáramos a la danza de propuestas y filtraciones cómodas y de impacto. ¿Cómo reaccionaría la economía? ¿Qué comportamientos tendrían los actores sociales? ¿Es justo jugar con esa responsabilidad y utilizarla en el juego político y poner en riesgo la confianza y lo que hemos logrado? En cualquier caso, y en relación a nuestro aporte al debate económico y social, no puedo dejar de reivindicar la riqueza y profundidad de los estudios y presentaciones que hacemos periódicamente y que, por cierto, están disponibles en los sitios de divulgación de información del gobierno. Pero, eso sí, no inventamos falsos debates. Tenemos la responsabilidad de estudiar a fondo las transformaciones económicas que experimenta nuestra economía, a los efectos, entre otros, de que la política económica contribuya con el cambio en el sentido de más prosperidad y más equidad”.

El grito de Astori 
Astori: “No estamos para ser un decorado” en el Frente 

 En exclusiva para LA REPÚBLICA, el líder de Asamblea Uruguay (AU) aseguró que hay quienes priorizan las agresiones y debilitan el sentir frenteamplista, y advirtió que de continuar así, el final será “muy malo”. “¿Se pretende que seamos un simple decorado?”, preguntó.

L
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