miércoles, 26 de marzo de 2014

El informante de la Base Valparaíso y un necesario desagravio al "Bocha"

La Base Valparaíso de Franciso de Medina 1525 bis. 

Crónicas de 30 años en periodismo 
de Roger Rodriguez


24 de marzo 2014

En el interrogatorio al que fui sometido el lunes 17 de marzo por los abogados de los militares procesados por el homicidio especialmente agravado de María Claudia García de Gelman, una de sus preocupaciones era quiénes habían sido los informantes que me habían dado los datos sobre el paradero de Simón Riquelo, el segundo vuelo de Orletti y la ubicación de la Base Valparaíso donde por última vez habría sido vista la madre de Macarena antes de ser desaparecida.

LOS INFORMANTES MILITARES
La preocupación de los defensores de los represores no era sólo intentar descalificar la información a través de sus fuentes, sino saber quiénes pudieron ser los militares que habían roto el pacto de silencio y habían terminado aportando datos que desde un exigido anonimato permitieron a los fiscales acusar y a los jueces encarcelar al grupo de militares implicados en crímenes de lesa humanidad durante la dictadura que sufrió Uruguay.
En un momento, la doctora Rossana Gavazzo, hija del ex coronel José Nino Gavazzo, interpretó mal una frase que dije y me repreguntó si para mí las fuentes militares no eran creíbles  por lo que tuve que explicarle que lo que no había sido creíble para mí había sido una fuente en particular y que, por el contrario, las fuentes militares eran creíbles porque eran las que nos daban datos, ya que no hay sobrevivientes civiles que nos los pudieran aportar... están desaparecidos.
En realidad el informante de la Base Valparaíso, al que siempre se lo identificó como un militar del Ejército, nos había proporcionado dos elementos fundamentales: el dato de la existencia de esa central de espionaje cerca del zoológico a la que había sido llevada María Claudia antes de su asesinato y, luego, la dirección Francisco de Medina 1525 bis, que luego sería ratificada por un subalterno con el que logré “cruzarme” en una de las bases de misión de paz que Uruguay tenía en el Congo aquel 2005.
En mi testimonio también expliqué que la mayoría de los datos de la Base Valparaíso pude conseguirlos directamente en un trabajo de campo, ya que el lugar quedaba a pocas cuadras de donde yo me había criado y estaba en la misma calle en la que vivía una tía, cuyo hijo era capitán de navío, a quien solía ir a visitar para almorzar en mis años de adolescencia. El barrio y sus vecinos no me resultaron ajenos y fue sencillo conseguir los datos que confirmaban las actividades del lugar.

UN DESAGRAVIO NECESARIO
Incluso, agregué que gente conocida había terminado comprando un apartamento que vendieron desde la Inmobiliaria Valparaíso, empresa de fachada del centro de espionaje que funcionaba en la planta baja, que administrada por el oficial Lawrie Rodríguez se encargó de crear un par de asociaciones civiles para construir al menos dos edificios, probablemente “lavando” parte del dinero que los represores obtuvieron en los secuestros de Orletti: uno en De Herrera y Demóstenes, y otro en Batlle y Ordóñez y Ramón Anador.
“Los padres de uno de mis mejores amigos de crianza, de apellido Fagúndez compraron uno de esos apartamentos que nunca se terminaron de construir ni de vender y hoy (hasta) tengo la sospecha de que el padre, Washington Fagúndez, que en los años 75-76 estaba sin trabajo y comenzó a manejar un taxi, no fuera uno de los choferes de la propia Base Valparaíso, por que su primo era policía y en aquellos años se recuerda en el barrio al taxi nocturno que el “Bocha” Fagúndez usaba”, declaré.
Aunque los nombres de esta familia fueron tachados en los facsímiles de las actas de la audiencia, los hijos de Fagúndez me expresaron su sorpresa sobre mi duda, planteada con preocupación y no como acusación. Uno de ellos sabía que yo había hablado con su madre, también fallecida, sobre la Inmobiliaria y los recibos que le daba Lawrie por la compra de un apartamento de los construidos donde estaba el Bar Layva, pero nunca pensaron que el taxi que manejaba su padre pudiera ser de la propia Base Valparaíso, un dato que yo no pude cotejar ante la muerte de ambos padres.
En defensa de su memoria, los hijos de Washington pudieron confirmar, para mi alivio y el de ellos, que su padre trabajó en un vehículo de otra empresa de taxis con parada en otro punto de la ciudad. Hago expresa esta aclaración sobre alguien a quien mucho aprecié (lo recuerdo como el muchachote de barrio al que todos querían, que jugaba al básquetbol y que laburó toda su vida, incluso en el exterior, para mantener a su familia), a quien con mi duda también hice víctima de esta cultura de impunidad en que vivimos y por la que todos somos sospechables en la medida en que no se termina de saber toda la verdad para hacer justicia.

Roger Rodríguez
(Periodista)
Base "Va al paraíso"

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(A continuación la nota que se publicó en La República en mayo de 2005)


LA REPÚBLICA DESCUBRIÓ LA INFAME 
'BASE VALPARAÍSO', DONDE MATARON A 
MARÍA CLAUDIA, LA NUERA DE GELMAN 

Fue en las cercanías del Zoológico de Villa Dolores, en la calle Francisco de Medina 1525 bis, que funcionó durante la dictadura el tenebroso 'centro clandestino' a cargo del Servicio de Información de Defensa. En ese centro clandestino el policía Ricardo "Conejo" Medina habría asesinado a la nuera de Juan Gelman. 
POR ROGER RODRÍGUEZ
Estaba ubicado en Francisco de Medina 1525 bis; en la casa de altos funcionaba como fachada la Inmobiliaria Valparaíso. Debajo había un garaje, similar a Automotores Orletti. Allí operó hasta 1984 una flota de taxis espías, dependiente del Servicio de Información y Defensa (SID). Fue el lugar al que trasladaron a María Claudia García Irureta Goyena de Gelman para darle muerte. Surgen nuevos datos y testigos de un caso no amparado por la Ley de Caducidad.
La Base Valparaíso, el último paradero de María Claudia fue el centro clandestino donde el policía Ricardo 'Conejo' Medina asesinó a la nuera de Juan Gelman. Estaba Ubicada en Francisco de Medina 1525 bis. En la Casa de altos actuaba como fachada la Inmobiliaria Valparaíso. Debajo, había un garaje, similar a Automotores Orletti.
Allí operó hasta 1984 una flota de taxis espías dependiente del Servicio de Información y Defensa (SID). Fue el lugar al que trasladaron a María Claudia García Irureta Goyena de Gelman para darle muerte. Surgen nuevos datos y testigos de un caso no amparado en la Ley de Caducidad.
María Claudia García Irureta Goyena de Gelman, la ciudadana argentina de 19 años que en 1976 fue secuestrada en Buenos Aires y trasladada ilegalmente a Montevideo, habría sido asesinada por el policía Ricardo "Conejo" Medina en la finca de Francisco de Medina 1525 bis, donde funcionó la Base Valparaíso.
En esa calle, cercana al Zoológico de Villa Dolores, operó durante la dictadura una base dependiente del Servicio de Información y Defensa (SID), donde actuaba una flota de taxímetros espías, que hacían "traslados" o patrullaban la ciudad para recopilar datos y vigilar ciudadanos.
La casa de dos plantas tenía como fachada la "Inmobiliaria Valparaíso", que era regenteada por un oficial del Ejército. Debajo se utilizaba un garaje con fosa, que hace recordar al centro clandestino de reclusión "Automotores Orletti" que funcionó en Buenos Aires en el marco de la represión militar.
La Base Valparaíso fue descubierta por LA REPÚBLICA en el marco de una investigación iniciada por el equipo periodístico que en el año 2001 ayudó a Juan Gelman a confirmar la identidad de su nieta, nacida en cautiverio a fines de 1976 y entregada a la familia de un policía vinculado al Partido Colorado.
Desde entonces, se continuó indagando sobre el local del servicio de inteligencia militar donde había sido trasladada la nuera del poeta argentino Juan Gelman antes de su desaparición y, una vez hallado, se buscó su historia y la de quienes allí operaban.
Múltiples informantes y diversas fuentes documentales fueron cotejadas antes de presentar esta investigación, que cobra relevancia ante la decisión política dada a conocer el día de su asunción por el presidente Tabaré Vázquez, quien subrayó que el Caso Gelman no está incluido en la Ley de Caducidad.
Cuando el proceso judicial permanece archivado por una decisión, también política, del ex presidente Jorge Batlle, y técnicos trabajan en el Batallón 13 en busca de un cementerio clandestino, el presente informe pretende aportar nuevos datos y señalar testigos que pueden ayudar a esclarecer lo ocurrido.

UNA CALLE SILENCIOSA
En los años setenta, la calle General Prim del barrio Villa Dolores, era un conocido atajo con el que se evitaban las transitadas avenidas Larrañaga (hoy Luis A. de Herrera), Rivera o Ramón Anador, para viajar hacia el centro, ir al Estadio, al Hospital de Clínicas o buscar una salida al este por Avenida Italia.
La calle rendía homenaje a Juan Prim y Prats, Conde de Reus y Marqués de los Castillejos, uno de los generales que derrocó a la Reina Isabel de España y propició la caída de los Borbones, quien luego, en diciembre de 1870, fue emboscado y muerto en un episodio que cambió la historia española.
General Prim pasaba por los fondos del Zoológico de Villa Dolores, cuyos muros y alambrados permitían ver, entonces, el lago de cisnes, las jaulas de hierro de los búfalos, y sentir sus olores. De noche era una cueva de lobos y en domingos, el camino de los feligreses a la misa en la Iglesia de San Ignacio.
La calle nace en Mac Eachen ("Maqueca", para los del barrio) y se corta en la Facultad de Veterinaria, a metros de donde el 14 de agosto de 1968 fue asesinado el estudiante Líber Arce. En democracia, General Prim pasó a retiro y la calle lleva hoy el nombre del mártir estudiantil.
Sobre Líber Arce, a cinco calles de la Facultad de Veterinaria y una del zoológico, concluye la calle Francisco de Medina. Una callejuela de sólo tres cuadras con la cual la nomenclatura de Montevideo recuerda a un acaudalado vecino de la ciudad, quien en 1780 fuera precursor de la industria frigorífica uruguaya.

Francisco de Medina, cuyo trayecto parte en dos la calle Francisco Bauza (por el legislador e historiador), comienza sobre la avenida General Fructuoso Rivera, de cara a un local en el que durante décadas funcionó una empresa fúnebre, de la que quizás ha heredado su tono lúgubre.
En su primera cuadra, se cruza con la calle Horacio, para formar una particular plaza cuadrada que por años tuvo el nombre del poeta griego. Hoy la plazoleta se llama Manuel Freiré, en reconocimiento a uno de los Treinta y Tres Orientales y su cruzada libertadora. Los fines de semana allí suenan jóvenes tambores.
La plazuela Freiré enlentece el tránsito de Francisco de Medina hacia o desde Rivera, porque en sus esquinas los vehículos deben frenar para poder girar y seguir su rumbo. En frente, las veredas y las casas se chocan en ángulos rectos para formar rinconadas, apacibles en el día y sombrías en las noches.
Francisco de Medina fue y es una calle silenciosa por la que solo transitan quienes en ella viven. No es atajo, no es nexo, no lleva ni trae... Hasta hoy, quien la descubriera de paseo, se sorprendería con sus casitas de jardines cortos y grandes fondos, sus apartamentos de altos y sus galpones, oscuros.

EL ÚLTIMO PARADERO
El taxímetro Mercedes Benz, matrícula 21.181, aceleró por General Prim con tres pasajeros. Una mujer y dos hombres. El chófer dobló rápido al llegar a la esquina de Francisco de Medina. A treinta metros, las ruedas volvieron a chirriar hacia la derecha, donde aguardaban abiertas las puertas de metal.
El chófer  un ex boxeador que entonces aparentaba ser taximetrista, estacionó el coche modelo 1961 sobre el primer tramo de la larga fosa de vehículos que se extiende apenas se ingresa al local de Francisco de Medina 1525 bis. Los hombres bajaron a la mujer, probablemente encapuchada.
Seguramente, los esperaban el mayor Washington J. García y el capitán Gilberto Vázquez, los dos oficiales a cargo de aquella base dependiente del Servicio de Información y Defensa (SID), que en esos días de principios de 1977, comandaba el teniente coronel León Tabaré Pérez.
También pudo ser testigo el capitán Lawrie Rodríguez, quien en la planta alta de la finca de padrón 28.305, manejaba la Inmobiliaria Valparaíso, que hacía de fachada y daba nombre a la base de inteligencia militar donde funcionaba una flota de taxímetros que hacía "operaciones" en tiempos de dictadura.
Los coches de alquiler, conducidos por agentes o informantes del SID, recorrían la ciudad, buscando conversaciones, registrando datos, vigilando gente. Se proveían de combustible en el Batallón de Infantería N° 1, del. kilómetro 14 de Camino Maldonado. En la inmobiliaria se elaboraban informes.
María Claudia García Irureta Goyena de Gelman fue llevada a ese local, cuando ya se había decidido su destino. Quizás quedó en la pieza de entrada que conectaba con la escalera que llevaba a la Inmobiliaria, o fue encerrada' en el húmedo sótano de cuatro metros por tres, oculto al fondo del subsuelo.
La presencia de un civil no era normal en la Base Valparaíso, donde se practicaban interrogatorios, pero se carecía de la infraestructura existente en otras bases para que los detenidos permanecieran en el lugar por más de veinticuatro horas. Valparaíso era un local de tránsito... a veces, definitivo.
La vida de María Claudia y la disposición de su cuerpo quedó en manos de otros cuatro hombres, también presentes. El policía Ricardo "Conejo" Medina y el capitán de Ejército Ricardo Arab. quienes la habrían traído, y los oficiales Ernesto Rama y Eduardo Ferro, quienes ya sabrían qué y dónde hacerlo.
El ex presidente Jorge Batlle tiene detalles sobre lo que ocurrió aquel día en la Base Valparaíso, ya que le confió al senador Rafael Michelini que el "Conejo" Medina había asesinado a María Claudia. También ha trascendido que su cuerpo fue enterrado en el Batallón de Infantería 13.
Allí estaría aún su tumba. A principios de 2005. en un casino de oficiales, uno de aquellos protagonistas se habría tomado a golpes de puño con otro militar. El tema era si el cuerpo de María Claudia fue incluido en la "Operación Zanahoria" de 1984 o en una segunda remoción realizada a fines del año 2001. La respuesta fue negativa.

CASAS QUE SIENTEN
Para la docente de 66 años, jubilada, que hace dos décadas vive con su hijo en la casa de altos de Francisco de Medina 1525, saber de la Base Valparaíso fue una confirmación. "Hace dos años, cuando LA REPÚBLICA publicó que era cerca del zoológico, supe que eso había pasado acá abajo", cuenta.
La escalera conduce a un hall de descanso. A su derecha, el living con piso de pastillas color ladrillo similares a las azul piedra que visten la fachada. Una gran estufa a leña promete calor de hogar. A la izquierda, la cocina comedor que da a una amplia terraza. Al frente, los dormitorios, con baño en dúplex.
La profesora pide que no se publique su nombre. Sabe que mañana puede venir la televisión y ruega que se subraye que ella no vivía allí cuando todo pasó. "Nunca me llevé bien con esta casa. Siempre sentí algo. No sé. las casas se sienten... Quizás ahora sé por qué...".
Destituida en los años de la dictadura, restituida en la democracia, ellos habían vivido en unos apartamentitos de esa misma calle, cuando volvieron de Buenos Aires. "La compra de la casa fue en oportunidad de una visita de mi hermano que vive en Estados Unidos. No pensamos en aquello", explica.
"Aquello" era el conocimiento que todos en el barrio tenían sobre la presencia de militares en aquel garaje de puertas metálicas. "Allí no sólo entraban taxis, también habían coches de esos que usaban, los Ford Falcon.
creo. Pero no sabíamos qué se hacía ahí. Acá era una inmobiliaria, no sabía que eran ellos".
“Ellos" estuvieron hasta el 84. "Cuando nosotros volvimos estaban. Por el 86 se hicieron unas reformas. Yo las veía desde el apartamento en que vivíamos. Para el 89, ya no había nadie. Mi hermano la compró a una familia Profumo, de una señora anciana y dos sobrinas. Abajo funcionaba el laboratorio", recuerda.
Una fuente directamente allegada a los dueños de la Papelería Rudy, que funcionó en la planta baja desde 1986 hasta noviembre último, también dice que no sabían que allí había funcionado la Base Valparaíso, aunque luego tuvieron datos sobre el uso que en la dictadura le habían dado al local.
"Usted me confirma algo que me dijeron hace como diez años... Un día me llevó a la papelería un taximetrista y me preguntó con sorpresa "¿Usted trabaja allí?". "Sí -le dije-, es una papelería"... "Ahí a mí me detuvieron y torturaron una noche: después me largaron", me dijo... Por un tiempo no pude dormir", narra.
La Papelería Rudy no tuvo un tiempo de esplendor con su negocio en el lugar, que terminó dando como prenda de pago. "En el sótano ese del que me habla, siempre hubo mucha humedad. Habíamos depositado cuadernos escolares, que se nos echaron a perder... Ahora me explico por qué todo fue mal", dice...
En las tardes, la calle Francisco de Medina cobra su mejor color. Cuando el sol se cuela debajo de la espesa arboleda, poco antes de que el cielo sangre en atardecer. Entonces, la calle se hace cálida y quien la recorre puede sentir que el barrio cambió, como los nombres de sus calles, como sus inquilinos y sus historias. Quizás, algún día la calle sea memoria y también cambie su nombre.

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En el garaje funcionaba una base de taxis espías del SID.

LOS TAXÍMETROS DEL SID
Al menos dos de los taxímetros -los coches 181 y 457- que operaban para la Base Valparaíso en 1976, funcionaban con un permiso municipal adjudicado a nombre de José María Carrato Avaro, cédula de identidad N° 698.643-2, domiciliado entonces en la calle Presidente Giró N° 2523.
La matrícula de taxi 21.181, fue utilizada por el Mercedes Benz, modelo 1961, padrón N° 180.390, motor N" 621914-10-004099 hasta el 22 de diciembre de 1980. Aquel coche, que trasladó a la nieta de Gelman, circuló luego con la matrícula particular 233-328 y el vehículo se dio de baja el 13 de abril de 1984.
La chapa del taxímetro 21.181, fue utilizada luego por un coche Opel Ascona, modelo 1980, padrón N° 288.171, motor N° 20D-095218., hasta el 3 de marzo de 1989. El Opel fue adquirido por un particular, matriculado con el 270-050, hasta que se pidió su baja en Montevideo el 4 de setiembre de 1989.
José María Carrato Avaro, también fue permisario del taxímetro 21.457 a partir del 18 de octubre de 1972. Lo utilizó otro Mercedes Benz, modelo 1961, padrón N° 179.933, motor N° 621914-10-003688, que también cumplió servicios para la Base Valparaíso de inteligencia militar.
El taxímetro funcionó hasta el 8 de enero de 1981, cuando la chapa 21.457 pasó a otro Opel, modelo 1980, padrón N" 289.198, motor N" 20D-0095114, el cual trabajó hasta el 12 de mayo de 1989, cuando también pasó a manos de particulares con la matrícula 809-615.
Los taxímetros "espías" habrían funcionado en el entorno de la base de La Española, ubicada en Bulevar Artigas y Palmar, frente al propio Servicio de Información y Defensa (SID). Sus chóferes se reunían en una comida anual que realizaban en un bar, hoy cerrado, de Las Heras y Avenida Italia.
Carrato Avaro, según distintas fuentes, se habría convertido en proveedor dé ambulancias de la Sociedad Española Primera en Socorros Mutuos. Varios de sus chóferes continuaron trabajando como "informantes" y hasta se habrían infiltrado en el sindicato durante una huelga de taximetristas.

FCO. DE MEDINA 1525 BIS 
En el padrón número 28.305 de la ciudad de Montevideo, se encuentra una finca que incluye una casa de altos a la que se ingresa por la calle Francisco de Medina 1525 y un amplio local comercial en su subsuelo con puerta independiente al 1525 bis, que incluye fosas para reparación de coches.
La carpeta catastral 1.732 y la carpeta de propiedad horizontal N° 21.284, revelan los datos de este solar de 211 metros cuadrados, construido el 20 de mayo de 1965 (permiso de construcción N° 108715) con un frente de nueve metros y una altura de edificación de otros tantos, en la Sección Judicial N° 18.
La propiedad pertenecía en 1960 a Rolando Vidal Cheroni, según la compraventa suscrita entonces por el escribano Mauro José De Nava. En 1965 pasó a ser propiedad horizontal y en mayo de 1979 fue adquirido por Ambrosia Lila Gallo De los Santos, según escrituró el escribano Nolly Noble Alvez.
En 1980 el inmueble figura como propiedad de José Norberto Naraváez Coe. Pese a las sucesivas ventas, la Base se habría mantenido arrendada por el SID, ya que funcionó hasta fines de la dictadura. "Cuando el Acto del Obelisco en noviembre de 1983, allí seguían los militares", afirma un vecino.
En 1986 el dueño pasó a ser Ramiro Alian Bula Alvarez, quien en mayo de ese año, ordenó un plano de mesura y fraccionamiento al ingeniero agrónomo Hipólito Gallinal Acevedo y obtuvo un certificado de incombustibilidad expedido por el arquitecto Nelso A. Vázquez.
El predio fue tasado ese 6 de julio de 1986 por la agrimensora Irma González de Andrade en un valor real de nuevos pesos (N$) 3.210.000. La casa de altos la adquirió una familia de apellido Profumo, que en 1989 la vendió al médico Carlos Rodríguez Beaulieu, quien la compró para que allí viviera un familiar.
El local comercial de la planta baja traspasó a varias manos y negocios. Allí trabajó por años el Laboratorio Microsules; luego de instaló un garaje y estacionamiento para automóviles que también realizaba ventas de artesanías y, finalmente, hasta noviembre de 2004, estuvo funcionando la Papelería Rudy.
En la actualidad el local comercial pertenece a la firma Industrias Papeleras del Uruguay SA (Ipusa), que lo adquirió como prenda de pago, y su venta ha sido encargada a la Inmobiliaria Anfil SRL, de la calle Rivera 3484, quien al cierre de esta edición habría encontrado un interesado. Ayer comenzaban a instalarse.

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La nota denunció por primera vez al Cnel. Gilberto Vázquez

LOS "VALPARDOS"

León Tabaré Pérez. Del Arma de Caballería. Ingresó al Ejército en 1950. En 1971 estaba en la Escuela de Armas y Servicios (EAS) con el grado de mayor.Fue director del Establecimiento Militar de Reclusión N" 2 (Punta de Rieles). Ascendió a teniente coronel y prestó servicios en el SID hasta 1979. Entre 1985 y 1990. durante el primer gobierno de Julio María Sanguinetti fue designado Jefe de Policía del departamento de Rivera. Fue prosecretario del Círculo Militar. Falleció el 15 de agosto de 2003.
Washington J. García. Del Arma de Caballería. En el año 1970 ascendió a capitán y en 1971 prestó servicios en la Escuela Militar. En 1976, con el grado mayor, cumplía funciones en el SID. En 1979, asciende a teniente coronel, y continuaba en inteligencia militar.
Gilberto Valentín Vázquez Bisio. (Alias: "307". "el Judío", "el Diente"). Nacido el 20 de agosto de 1945. Ingresa al Ejército el 1° de marzo de 1963, en el Arma de Caballería. En 1970 ascendió a teniente primero y a partir del 1971 actuó en el S2 del Regimiento de Caballería Mecanizada N° 4. Ascendió a capitán en el mismo cuartel. En el año 1976, al servicio del SID actúa en Argentina. Estuvo presente en detenciones e interrogatorios de los militantes uruguayos del PVP, secuestrados en julio de 1976. En setiembre y octubre de ese mismo año se encuentra en el local del SID de Bulevar Artigas y Palmar. En 1977 asciende a mayor y su primer destino es el IMES. Estuvo en Estado Mayor del Ejército a partir del año 1981 con el grado de teniente coronel. Retirado, es docente de estrategia militar en el Calen. Pertenecería a los Tenientes de Artigas.
Lawrie H. Rodríguez. En 1962 ingresó al Arma de Caballería. En 1970, como teniente 1º estuvo en el Regimiento de Caballería N° 7 de Santa Clara de Olimar. Según el testimonio de Julio César Cooper, cuando muere en tortura y luego desaparece Luis Eduardo González González en el Regimiento de Caballería N" 6. quienes actúan son el mayor Victorino Vázquez y el capitán Lawrie Rodríguez.
José Ricardo Arab Fernández. (Alias: "El Turco". "305". "La Bruja"). Nacido el 7 de febrero de 1941. Ingresa al Ejército el 1" de marzo de 1958, al Arma de Ingenieros. En 1967 es teniente primero en la Escuela Militar. Asciende a capitán en 1970. En 1971 sirve en el Batallón de Ingenieros N° 3 de Paso de los Toros. Con el grado de mayor, actúa en el Servicio de Información y Defensa (SID) en 1976. Participa de las operaciones de represión en Automotores Orletti en Buenos Aires y en el traslado ilegal de ciudadanos. El 9 de febrero de 1978 fue dado de baja, degradado, según el boletín Nü 1932 del Ministerio de Defensa Nacional.
Ricardo José Medina Blanco. (Alias: "Conejo". "306"). Nacido el 1° de agosto de 1948. Ingresa a la Policía el 30 de marzo de 1966. en Guardia Metropolitana. Cuerpo de Granaderos. En 1976 y 1977 actúa en el Servicio de Información y Defensa. En democracia fue asesor del legislador Pablo Millor del Partido Colorado.
Ernesto Avelino Rama Pereira. (Alias: "Oscar 1". "El Tordillo". "El Gallego". "Puñales"). Nacido el 7 de febrero de 1936. Ingresó al Ejército el 1° de marzo de 1955. en el Arma de Infantería. Toma cursos en la Escuela de las Américas en 1962. Hasta 1963 estuvo en el Batallón de Infantería 11 (Minas). Como capitán, en 1964 en el Servicio de Material y Armamento. Pasa como S2 del Batallón de Infantería N° 1 en 1972. Desde 1975 actúa como comandante de la OCOA. en el 300 Carlos y luego en La Tablada. Entre Í980\ 1984 fue al Servicio de Material y Armamento y hasta 1985 en el Comando General del Ejército.
Eduardo Augusto Ferro Bizzozero. (Alias: "Oscar". "Guillermo"). Nacido el 10 de abril de 1947. Ingresa al Ejército el 1° de marzo de 1964 en el Arma de Ingenieros. En 1967 como cadete realiza el curso "Cadet Orientation" en la Escuela de las Américas. Egresa como alférez en 1968 y asciende a teniente segundo en 1970. Como capitán, actúa desde 1975 en la OCOA y el "300 Carlos". En 1977 opera en Argentina. En 1978 fue uno de los secuestradores de Lilián Celiberti y Universindo Rodríguez en Brasil. Vuelve al SID en 1980. Trabajó en empresas de seguridad.

(La República, 29 de mayo de 2005)






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